Nuestro proyecto nació del deseo de explorar las relaciones ocultas que unen diferentes niveles de sensibilidad.
Creemos que los materiales que utilizamos para nuestras joyas pueden sugerir experiencias que van más allá de los sentidos del tacto y la vista, responsables naturales de su uso, y que pueden estimular nuestra imaginación olfativa, enriqueciendo así nuestra percepción del mundo que nos rodea.
El arte fue el primero en comprender la interacción entre los
diferentes niveles sensoriales como una herramienta extraordinariamente eficaz para representar nuestros sentimientos y la realidad que nos odea.
Kandinsky afirmó que los colores tienen voz, y para Messiaen, ciertas combinaciones armoniosas reflejan esquemas cromáticos específicos.
También podríamos describir nuestras fragancias como un experimento, o mejor aún, un juego surrealista, donde buscamos la asociación espontánea e inmediata entre diferentes imágenes, aromas, colores y sensaciones.